Para ponernos en contexto respecto a la medicina oriental, y más concretamente a la medicina tradicional china, vamos a hablar un poco de su origen, su paradigma y su prescripción facultativa.
La medicina tradicional china nace desde el inicio de su civilización, hace aproximadamente cinco mil años, según registros históricos y antropológicos.
Los chamanes de las tribus Wu utilizaban hierbas silvestres para curar y rehabilitar a las personas, lo que fue evolucionando hasta convertirse en una alternativa sistemática y en una profesión relacionada a la salud.
Uno de los primeros textos médicos de la dinastía Han: Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo (Huang Ti Nei Ching) explica algunas prácticas y aplicaciones médicas antiguas del gran principio del Yin y el Yang; también habla sobre las Cinco Energías Elementales y otros principios fundamentales de la filosofía taoísta y su relación con la salud.
Otro libro clásico de la dinastía Han que nos ilustra sobre el tema es La Farmacopea de Shen Nung (Shen Nung Pen Tsao Ching) que, con afirmaciones comprobables y acertadas, demuestra un amplio conocimiento sobre hierbas medicinales.
Este clasifica las hierbas en tres categorías:
La clase superior, que nutre la vida y favorece la longevidad.
La clase intermedia, que nutre la naturaleza y otorga vitalidad.
Y la clase inferior (venenos), hierbas tóxicas para combatir enfermedades infecciosas virulentas. ¡Estas categorías todavía se mantienen en la fitoterapia china actual!
El tercer tratado de la dinastía Han, llamado Análisis de Fiebres y Gripes (Shan Han Lun), escrito alrededor del año 200 A. C., dividió todas las enfermedades en seis grupos: tres para el Yin y tres para el Yang, y sus recetas tenían como único fin lograr el equilibrio entre el Yin y el Yang.
Posteriormente, dentro de la misma dinastía Han y otras venideras, aparecieron nuevos médicos, descubrimientos y terapias; la medicina oriental evolucionó y se expandió. Pero, como era lógico, llegaría el momento en el que la medicina oriental y la occidental chocaran y se crearan muchas dudas sobre la eficacia y las bases científicas de las mismas.
En la ciudad de Shangai, en el año 1929 ocurrió un evento que marcó fuertemente estas diferencias y el gobierno chino debió intervenir en favor de la medicina china tradicional.
Desde entonces la ciencia médica occidental ha confirmado muchas teorías y ha validado muchas de las prácticas orientales. Así mismo, se realizan estudios y pruebas de laboratorio a los elementos naturales (hierbas) utilizados.
El paradigma…
En general, la cultura oriental ve el sistema energético humano como a una central eléctrica cuyos circuitos conforman cada una de las partes (células, órganos, tejidos, sistemas) que hacen que todo funcione en equilibrio; en combinación con los sistemas medioambiental, ecológico, planetario y solar.Según el paradigma taoísta de los Tres Poderes (El Cielo, La Tierra y La Humanidad) el sistema energético humano está entre las fuerzas del cosmos (el cielo) y la fuerza de la naturaleza (la tierra); asimila energías de ambas y las transforma para sí.
Arriba, el cuerpo humano actúa como semiconductor y capta las ondas electromagnéticas del cosmos. Abajo, el cuerpo extrae y asimila las energías elementales ―en la tierra― de los alimentos, fluidos, hiervas medicinales, aire, etcétera, y las convierte en la energía orgánica que necesita. El perfecto balance entre todos esos recursos naturales proporciona al hombre un óptimo estado de salud.
La dinámica del Yin y el Yang
La energía humana es una fuerza electromagnética que funciona en virtud de su polaridad. El Yin y el Yang no son dos fuerzas diferentes, sino cualidades opuestas y complementarias de las mismas energías básicas. Estas diferencias (su polaridad) se manifiestan en todos los aspectos del organismo humano y son la base de todas las estructuras orgánicas y sus funciones.
Cada sistema Yin Yang, está conformado por miles de subsistemas. El Yin y el Yang se originan uno del otro y dependen funcionalmente entre sí. Su actividad es relativa y sus cualidades son complementarias. Se equilibran uno a otro de manera natural, y su equilibrio determina la estabilidad y la viabilidad funcional de todo el sistema orgánico humano.
El Yin y el Yang son transmutables: creación, desarrollo y decadencia. La práctica de la medicina tradicional china consiste en evaluar el estado de equilibrio del sistema energético humano y de sus subsistemas (órganos y tejidos). Luego se busca alcanzar el equilibrio natural utilizando elementos y métodos naturales.
En fin, la visión de la medicina tradicional china es la de mantener sano el organismo en su totalidad y prevenir alteraciones en todos los sistemas que lo componen, siempre buscando el equilibrio. Muy diferente a la medicina occidental que busca curar o paliar problemas específicos (enfermedades, traumas, deficiencias, contagios, etcétera) que afectan la salud humana.
Referencia bibliográfica: 1001 remedios de medicina china-Lihua Wang
Redacción: Carlos Alberto Uribe Estrada.
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